Leyenda mexicana sobre la Tierra y el Sol
(Ancestros mazatecos de Oaxaca)

Cuenta la leyenda que la primera historia de celos fue protagonizada por la Tierra y el Sol; se dice que no hubo amor más grande como el de estos dos. Cuando el Sol puso por primera vez sus ojos en la Tierra, esta era apenas una niña, pero al calor de los rayos del Sol fue floreciendo en ella vida, como si reflejara por fuera el inmenso amor que sentía por dentro. Hija del Cielo y Princesa del Universo, consentida de todos los astros, era ella la heredera al trono de los cielos.
Más a todo renuncio por amor y al casarse con su amado Sol, le cedió el trono de sus sueños. Juntos, viviendo al centro del espacio, reinaron el principio de los tiempos. Pero el Sol era caprichoso y aventurero, siempre anhelando lo que había a lo lejos, seducido por las órbitas de lo desconocido resplandecía con fuerza cuando la Tierra dormía, solo por llamar la atención de otras estrellas. Y paso que una estrella fugaz robo su atención, y en un intento por alcanzarla se alejó de la Tierra un instante, el instante mismo en que ella despertó y notó su traición. Paso que la Tierra lloró amargamente y su padre el Cielo escuchó su llanto. Con el alma herida y lastimada, ella suplicó un castigo ejemplar para el que alguna vez estuvo a su lado. Fue entonces que el Cielo ordenó encadenar al Sol al centro, sin poder nunca jamás moverse, condenado a la soledad infinita, sin poder acercarse a nadie, y mirar a lo lejos a la Tierra, sin que nunca volvieran a estar juntos. Pero sucedió que ella tenía un secreto, y es que el fruto del amor entre ellos fue la Luna.      
El castigo impuesto lastimó a todos, pues, aunque la Tierra no olvida la traición del Sol, no ha podido dejarle de amar. Es así que por las mañanas se deja abrazar por él, que con cálidos besos despierta en ella flores de vida solo por robarle una sonrisa, pero por las noches se aleja ya que la Tierra recuerda lo vivido cuando mira una estrella asomarse a lo lejos y se vuelve loca de celos y lo aleja de su lado. Es por eso que en las mañanas el Sol sale y brilla con intensidad, pero por las noches se apaga para ocultarse y llorar la pena de su soledad. Pero es en esas noches cuando todos se han dormido que desde lejos se convierte en amoroso padre, y cuida a su hija, iluminándola con cálida ternura, decorando su cuarto con estrellado cielo para hacerle compañía. Triste es verlos a todos tan distantes.
Mas el Cielo permite que el Sol se acerque a ellas solo en el eclipse, y por breves momentos el Sol brilla con más intensidad, por la fuerza del amor que suplica el perdón.
Ahora sabes que la Luna es cómplice de los enamorados, pues ella es hija del amor y con amor espera un día poder reunir de nuevo a sus padres en el final de los tiempos, y hacer del cielo el reino que en un principio fue.


La sombra de la tierra durante el eclipse lunar

ž  Observemos la siguiente imagen:



  Luego, respondé con tus palabras en tu carpeta:

1.    ¿Por qué creen que la sombra que tapa la Luna tiene esa apariencia?
2.    Si es la Tierra la que proyecta su sombra, ¿cómo se relaciona la forma de la sombra con la forma del planeta?
3.    ¿Cómo sería la forma de la Tierra, sobre la Luna, si nuestro planeta tendría forma cilíndrica o cuadrada? Podés hacer un dibujo para esclarecer tu respuesta.